jueves, 11 de septiembre de 2025

Las Llamas

El parlamento nepalí arde y parece que uno de los desencadenantes de los disturbios que han llevado al primer ministro al exilio fue el bloqueo de las redes sociales. No es sorprendente que los gobiernos tradicionales tomen medidas radicales cuando se ven superados por una situación que les es muy ajena. La aceleración de la percepción de los procesos económicos y socio políticos fricciona con la principal ambición de las élites desde siempre, la estabilidad ,y no siempre sabe lidiar con el nuevo ecosistema. Así, se acumulan tensiones que, tarde o temprano, terminan en terremoto. 
 
Las redes sociales son, de partida, un foro más dominado también por agentes políticos. Es el más accesible y más abierto, a su manera, e incorpora a la situación la influencia de algunos agentes externos (o que han estado en los márgenes) que la clase económico política tradicional, que cuenta con jugar en SU cancha (que ellos han construido) con SUS reglas (que ellos han dictado), se resiste a considerar: las redes de sociales estiran y deforman el terreno de juego. No han multiplicado los jugadores pero los que han entrado son ineludibles. 

Las redes sociales han enraizado, como casi todas las estructuras sociales occidentales contemporáneas, en el capitalismo "a la occidental", valga la redundancia. Nacieron en él, su sangre lo contiene como un elemento más de su organismo y lo tienen como medio ambiente, para ella es como el agua para los peces, no se imaginan a si mismas sin él: viven de una cultura que a la vez crean. El capitalismo es absolutamente invasivo y puede penetrar por pequeños puntos y extender finas pero larguísimas raíces que resquebrajan suelos rocosos y fijan los arenosos pero las grandes corporaciones que gestionan las redes sociales se encuentran allí en terreno extraño: cosas a las que no se da importancia, por ejemplo el idioma, cambian el punto de partida, no hablemos de la tradición cultural, la jurídica, etc. ¿son sus famosos CEOs lo suficiente ambiciosos, lo suficiente inteligentes y lo suficiente trabajadores?¿Permitirán esas diferencias que las instituciones digitales encuentren aliados locales que hagan el trabajo de implantación?


martes, 9 de septiembre de 2025

Let Bartlet be Bartlet

 Creo que ha llegado el momento de dar un pequeño salto hacia delante. Toca ser mucho más serio, también mucho más contenido. Mucho más sistemático, esto es principal, más concentrado, igualmente radical. En estos días voy a intentar consolidar un paso, una forma de hacer las cosas. Debo aprender mucho, voy a intentar escribir mejor, ser mucho más solido en mis argumentos. 

Estamos  presenciando el nacimiento de los monstruos


lunes, 8 de septiembre de 2025

Historia y pensamiento contemporáneo.

 Mi principal problema con el estudio de la historia del arte contemporánea, principalmente de la española (porque es más cercana y lejana a la vez, más realista pero alejada de mi realidad), es visceral: la repetición de nombres, el conocimiento de círculos, etc. se me hace una bola terrible. Esa sucesión de relaciones entre amigos raros, listos, cultos, brillantes, que al principio pasan hambre pero consiguen poco a poco ganar influencia, esto es, su hueco en el mercado.

Soy un burro terrible: me siento brutalmente atraído por las relaciones entre filosofía y arte/cultura pero no puedo evitar ciertas sensaciones, enseguida veo chiringuitos que habría que arrasar. Los conceptos me atrapan pero enseguida se me hace muy incómoda la interacción con el mercado: a mí el arte me hace más anticapitalista.

Por ejemplo: siendo un fanático de The Beatles entiendo la figura de Yoko Ono como artista, he entendido el valor de sus primeras performances. No la odio (palabra fea usada hablando de personas) por ser una loca del coño que omnipresente en las última etapa de The Beatles (que es mi conclusión sobre su relación con los de Liverpool), detesto su asalto al mainstream de la mano de un icono pop y, sobre todo, su faceta empresarial.

miércoles, 3 de septiembre de 2025

El Historiador.

Leer a historiadores norteamericanos, ingleses y alemanes puede ser una experiencia muy frustrante: sus fuentes primarias, la bibliografía en la que se apoyan, sus marcos teóricos están, muchas, muchas veces, constreñidos a su "civilización". En el caso de los alemanes hay un sutil toque revanchista con el mundo latino. Las ciencias sociales no son una competición y diversas explicaciones de nuestro mundo se complementan pero los relatos hegemónicos asientan posiciones políticas.

Hay algo de "huida hacia delante": los investigadores y los divulgadores están también incluidos una industria cultural, el siguiente proyecto de investigación, libro, documental, viene dictado, inevitablemente, por la corriente, por lo hecho hasta ahora, pero tiene que aportar algo. Y es que hay algo de pereza (porque hay que aprender idiomas, porque la bibliografía a la que atender se multiplica, logística es mucho mas complicada y, como digo ya se comienza dentro de una tradición historiográfica) y un toque de nacionalismo, de visión del mundo propio y de la de los demás como otros que están "enfrente". De esa visión de nosotros y los otros surgen desarrollos bastante groseros, como el Choque de Civilizaciones de Huntington pero también empeños, mucho más inocuos y, en realidad, en parte constructivos como el debate de migraciones/invasiones bárbaras tardo antiguas. No es el momento pero explico rápidamente el segundo ejemplo, por que no quede como una afirmación polémica lanzada sin más: el empeño por usar una terminología menos agresiva tiene su base científica pero también una parte de "hoy en día invadir es una cosa fea, más un imperio con buena prensa como el romano. Además, bárbaro es un termino peyorativo, sitúa a uno por encima de otros, y nosotros no somos ni malos ni peores que nadie". Nótese que uso nosotros para procesos históricos ocurridos hace mil quinientos años en un panorama sociopolítico muy diferente.

martes, 2 de septiembre de 2025

Euroamérica

 Leyendo el prefacio de Jordi Canal de Tiempos dificiles, Euroamérica fin de siglo no he podido evitar evocar el ambiente de acercamiento iberoamericano de los años noventa. El quinto centenario y la expo '92 formaron parte de esa puesta de largo internacional, esa apertura y reclamación de protagonismo cultural junto con los juegos olímpicos de Barcelona, que pretendió incluir definitivamente al Mediterráneo en Europa.

Las instituciones culturales se coordinaron para asentar la idea de España como puente entre Europa y Latinoamérica. Se subió al carro, como no, el sector privado, con grandes empresas insignes haciendo las américas, como Repsol y Telefónica. Sinceramente, aunque la idea pudo calar hasta cierto punto, no estoy seguro de que el resultado fuera el esperado. Latinoamérica siguió siento Latinoamérica, con unas instituciones político económicas tremendamente inestables y poco eficientes y el cambio de signo gobierno, la aceleración tardo capitalista, la consiguiente crisis económica y la reacción a esta de las potencias económicas del núcleo duro europeo, decidido a no debilitar su modelo económico-cultural (que contenía trazas del tradicional racismo protestante), han terminado por diluir, quizás por hacer obsoleta, esa idea de la vía euro-suramericana en España.  

La influencia cultural latinoamericana se ha implantado en España como la africana en Francia: los inmigrantes, y, sobre todo, la industria cultural española que vio un nuevo filón a explotar en ciertas expresiones culturales.     

martes, 26 de agosto de 2025

Vigilar y controlar: tus tonterías terminarán poniendo nervioso a alguien.

 Blogger anuncia que Google identificará palabras y frases clave automáticamente para facilitar la exploración y lectura. A mí me suena más a apropiación de contenidos para su IA. A mí, en principio, me da igual, lo que creo y escribo es para mí y su nivel de difusión me es absolutamente indiferente pero... Tiene un evidente sesgo político y uno piensa alcanzando ese nivel de monitorización y control ¿Qué pasará cuando el poder alcance el siguiente nivel de paranoia?

jueves, 31 de julio de 2025

La Revolución como fin. Si no lo cambia todo no ha cambiado Nada. Parte 1

 Acercarse a Robert Michels es entrar en terreno resbaladizo. Sabemos como terminó así que es inevitable, es más, muy recomendable, hacerlo con todo el recelo posible. En general, todo lo descriptivo de su Los Partidos Políticos es magistral. Creo que debería ser de lectura obligatoria, que deberían darse clases adaptando su contenido a la actualidad, para todo aquel que quiera participar en una organización realmente democrática. Pero en cuanto a límites, problemas y diagnósticos de mucho de lo que describe está muy errado o ha sido superado. 

Algo que yo me planteo constantemente es la necesidad de "La Revolución" de quererlo todo o nada, de sentir que ha llegado al punto en el que deberíamos estar. El fin de la historia pero en bueno, así que, cuando las élites se apropian y capitalizan los avances sociales los revolucionarios se sienten derrotados y vuelven nostálgicos. Y ambas cosas son paralizantes. La acción política es dinámica porque la vida es dinámica. 

viernes, 25 de julio de 2025

 
"Tú y yo... como hermanos", chocamos las cabezas como hacíamos cuando estábamos borrachos. Y luego te fuiste a casa y por el camino montaste uno de tus numeritos. Cabezón farruco, cuánto te voy a echar de menos.  

domingo, 27 de abril de 2025

El ludita.

 Después de escuchar el programa de The Political Room sobre microchips uno no puede evitar acercarse al ludismo. Buena parte de las tensiones geopolíticas actuales vienen por las pretensiones de los diversos países por tener una primacía (aunque sea ficticia) en el proceso de fabricación de esos componentes electrónicos. Y es absurdo en esencia: no estamos hablando de componentes indispensables en la cadena de suministros vitales ni del desarrollo de herramientas que nos aseguren mejor calidad de vida, hablamos de vender teléfonos móviles o chips para coches que no aportan prácticamente nada, esto es, se trata de posicionarse en un mercado absurdo. Estamos de acuerdo en que mantener la independencia económica otorga cierta estabilidad a los estados (o no) pero ¿de verdad será la producción de smartphones uno de los factores decisivos en las relaciones entre estos?

Charlie Kirk