Las redes sociales son, de partida, un foro más dominado también por agentes políticos. Es el más accesible y más abierto, a su manera, e incorpora a la situación la influencia de algunos agentes externos (o que han estado en los márgenes) que la clase económico política tradicional, que cuenta con jugar en SU cancha (que ellos han construido) con SUS reglas (que ellos han dictado), se resiste a considerar: las redes de sociales estiran y deforman el terreno de juego. No han multiplicado los jugadores pero los que han entrado son ineludibles.
Las redes sociales han enraizado, como casi todas las estructuras sociales occidentales contemporáneas, en el capitalismo "a la occidental", valga la redundancia. Nacieron en él, su sangre lo contiene como un elemento más de su organismo y lo tienen como medio ambiente, para ella es como el agua para los peces, no se imaginan a si mismas sin él: viven de una cultura que a la vez crean. El capitalismo es absolutamente invasivo y puede penetrar por pequeños puntos y extender finas pero larguísimas raíces que resquebrajan suelos rocosos y fijan los arenosos pero las grandes corporaciones que gestionan las redes sociales se encuentran allí en terreno extraño: cosas a las que no se da importancia, por ejemplo el idioma, cambian el punto de partida, no hablemos de la tradición cultural, la jurídica, etc. ¿son sus famosos CEOs lo suficiente ambiciosos, lo suficiente inteligentes y lo suficiente trabajadores?¿Permitirán esas diferencias que las instituciones digitales encuentren aliados locales que hagan el trabajo de implantación?
No hay comentarios:
Publicar un comentario