viernes, 11 de abril de 2025

La desvergüenza de analizar la situación internacional actual de un bruto.

Empresario con cierta afinidad discursiva por lo liberal (contemporáneo), inevitable en el momento histórico actual, algo así como un mantra religioso colectivo que luego se ignora, pero socialdemócrata, quizás demócrata cristiano, de corazón y casi siempre de hecho se resiste al consumo de productos procedentes de China: defensa de impuestos locales, condiciones de producción, defensa de la industria y comercio nacional... una postura absurda e idealista que sólo se puede practicar cuando tienes suficientes recursos. 

El sistema en el que hemos entrado, el de la externalización de la producción a China es imparable y sólo cambiará cuando este evolucione por si mismo: no hay marcha atrás, pasamos el Rubicón. Las élites occidentales han jugado con fuego como arrogantes herederas del colonialismo más absurdo o como perezosas e ignorantes burguesas latifundistas jugando al extractivismo con un país que, simplemente, proviene de otro punto histórico. 

Alemania puede intentar jugar la carta de la revitalización de la industria por el "rearme" europeo: difícil porque los estados de la unión no sienten comunes los peligros, necesidades, recursos, ni tienen una mentalidad única que supere la escala política de partido local.

España: se infla por la aportación del turismo y el consumo terciario. Puede que tengamos una tímida reindustrialización si conseguimos energías baratas (que fue ha sido lo que ha sostenido el modelo alemán) renovables pero recordemos: la industria requiere un tremendo talento, no sólo político, también empresarial, algo del que en este país estamos muy escasos.

Francia: quizás el más agresivo, respondón, ensimismado... tiene una idiosincrasia marcadísima. No me atrevo a juzgar su sistema de finanzas e industrial actual. Lo que sí parece que está clarísimo es que tiene tremendas tensiones sociales estructurales que provocan cortos estallidos que pueden llevar a posturas de fuerza. Los partidos políticos "de orden" no tienen buena mano ni con el orden a largo plazo ni con la economía.

Italia: es Italia. Su modelo social tradicional-de clan le proporciona una resistencia y una estabilidad que no tiene en lo político. No importa que se sucedan los gobiernos de chalados (hoy en día chalada) Italia continua.

Grecia: se aproxima al "fascismo democrático" democrático, una mezcla del régimen de Erdogan con la pretensión de ser el país que inventó occidente, plenamente occidental , fantasía precisamente importada de occidente. 

EEUU: se aproxima a la distopía. Las tensiones entre las elites bien pensantes, los lobbies, una cultura hipócrita, y una clase población sumergida en un ambiente irreal puede llevar a hacer saltar los métodos de control y amortiguación que son la burocracia, las reglas de juego político etc.

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