¿Qué me pareció Ámsterdam? Una ciudad preciosa, desde luego. Tampoco es que pudiéramos conocerla a fondo, las cosas como son, largos paseos por la zona centro y el barrio rojo, comida callejera, cerveza cara pero bien disfrutada, un tour por los canales en uno de esos típicos barquitos turísticos, visita a un mercado navideño... como digo, no fue nada profundo.
Muchos ingleses bastante fumados pero que, quizás por las horas a las que coincidíamos con ellos, no daban la nota. Mucho movimiento, como en todos los centros de las grandes ciudades europeas, eso sí, la arquitectura, los canales, el ambiente... maravilloso. Respecto a lo pecaminoso de sus calles... bueno, hay tanta gente paseando sin un destino aparente que no parecen tan canallas, imagino que conforme la noche avanza muchos visitantes "se van soltando"... no creo que el alcohol sea un factor importante en el ambiente de la zona roja y me pareció que la cultura cannabis se acerca peligrosamente al universo de las franquicias.
Otra cosa es la mercantilización del sexo, tengo sensaciones encontradas y posturas que algunas veces son contradictorias: lo, en principio más inocuo, las tiendas de artículos relacionados con el sexo, pueden parecer a ojos de un miope tiendas de souvenirs, curiosidades para los turistas pero, atención, es una visión muy superficial. Los teatros con espectáculos sexuales... puedo hablar de lo que me parece el concepto, dado que no entramos en ninguno. Por una parte puedo aceptar, a regañadientes eso sí (y tampoco), las funciones como eso, representaciones en vivo de una forma de relacionarse entre personas, un tipo de teatro, quizás llevado un poco al extremo porque apela a algo más allá que la estética. Lo de las prostitutas, el sistema de cabinas y todo eso, estoy en contra de que el dinero tenga nada que ver, a nivel esencial, con las relaciones humanas, no considero los cuerpos en si mercancías.
Pero puedo decir que Ámsterdam me encantó.