martes, 12 de noviembre de 2024

Solidaridad y Redes Sociales

 Ha sido extraño (y algunas veces un poco vergonzante) ver algunos momentos espontáneos de solidaridad "de red social", igual que está siendo un poco rara la espera del temporal de hoy. Quiero ser muy claro: el apoyo mutuo es bueno, con o sin "likes", porque estamos hablando de gente que de verdad necesita ayuda, pero es una pena que tengan su origen en imágenes virales porque lo viral, tal y como viene, se va. Algunas imágenes de solidaridad festiva, de "porno buenismo"... no sé. Tras un primer impulso muy amanerado queda muy poco, casi nada de estructura (no estoy hablando de instituciones permanentes ni nada de eso, me refiero a ideas y conceptos para aplicarlos al día a día, sin móviles grabando ni catástrofes naturales), ni tendencias... quizás sí deje cierto poso en la psique individual, no tengo muy claro en la colectiva aunque, pensándolo bien, ¿influyó la solidaridad colectiva auto organizada ante el desastre ecológico del Prestige en los movimientos (2002) durante los primeros momentos de los movimientos de indignación de 2011? Yo creo que sí. Así que, bueno, quizás escribo esto desde cierto rechazo intuitivo

domingo, 10 de noviembre de 2024

Las Islas

Existen islas de opinión, periódicos, cadenas de radio y televisión, productoras de cine, etcétera, socialdemócratas, con audiencias masivas pero mínima repercusión política. Así, podemos ver mensajes izquierdistas diluidos en películas de acción de gran repercusión económica y tremendo impacto estético incorporarse a la cultura popular sin su contenido político: los votantes podemos salir de la sala de proyección completamente identificados con los débiles y seis meses después votar a quien promete aplastarlos. 

Encuestas y tertulianos de centro centro centro izquierda pronosticaban unas elecciones norteamericanas muy reñidas, algo que en realidad nunca fue así. No nos engañaban, es que la socialdemocracia se niega a creer que sus propios compatriotas son mayoritariamente idiotas, eso sería desatar los infiernos*. Así, vives convencido de que tu propia cordura es la norma, por ignorancia de lo que existe fuera de tu circulo y porque la simple idea de que no sea así es, a su manera, revolucionaria. Y ya sabemos lo que espanta al centro izquierda reconocer la misma idea de la revolución.

La izquierda (ya no la radical, el centro izquierda) ha perdido la batalla política por las instituciones. No va a tener espacio en ellas, y solo en las que son de representación popular, salvo en los casos de agotamiento los gobiernos de derecha (¿Cómo van a cambiar las dinámicas en el poder judicial? ¡imposible!). Y las alcanzará, brevemente y con timidez, el tiempo en el que la reacción se esté rearmando alimentada por el combustible del miedo a unas pequeñas reformas que terminarán siendo consideradas peligrosamente radicales. Así, a gobiernos de izquierda muy moderada sucederán gobiernos cada vez más de derechas.

La única opción de lucha que veo a la izquierda real es la de una educación, lenta y trabajosa, en valores, primero muy básicos, empresa titánica en el ecosistema de derechas en el que vivimos. Urge encarar problemas cotidianos y vitales, como la vivienda, y, escapando de la retórica de la política, inocular ideas de soluciones basadas en la solidaridad.  

*el infierno son los demás.
      

domingo, 3 de noviembre de 2024

El grito de "només poble salva el poble", a una sola voz, por todos (y todas) es correctísimo, nada que añadir.

Nada salvo que es una frase con mucha profundidad y que está siendo usada por reaccionarios y libertarios ultracapitalistas para difundir su discurso, no una llamada al apoyo mutuo. Por desgracia "poble" es un concepto diferente depende de quien lo use. 

Charlie Kirk