Esa postura de "todo lo que me rodea es mediocre/está mal organizado/está infestado de hipócritas" sólo rebela que no te has movido lo suficiente para encontrar la gente o el lugar correcto... o que una vez encontrado te has acomodado demasiado en él.
Leo a demasiada gente quejándose de lo mal que está tal o cual escena cultural, cuando lo que deben hacer es buscar más. Se quejan de no poder acomodarse, de que nadie le sirva en bandeja un producto cultural de calidad. Culpan a los demás de no conocer, de que la contracultura no se quede quieta donde están ellos y el movimiento no se pare donde a ellos les gusta.
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Es curioso, conocí este panfleto de Jordi García (¿Sin tilde porque el nombre está en catalán quizás?) gracias al tiempo que le dedicaron en RNE. Es una llamada a combatir la comodidad y el estancamiento de los intelectuales, con demasiada tendencia a refugiarse, una vez que han conseguido cierto estatus y, a la vez, cierto peso en "lo clásico", lo que para ellos es cómodo. Pues bien, a cuentas del debate sobre las formas de protesta contra el cambio climático realizadas en algunos templos sagrados de la cultura he descubierto un montón de profesionales de la cultura (cultura "joven" en RNE) incapaces de rascar un poco la superficie de la protesta, muy indignados porque los activistas, con razón o no, han alterado la paz en esas estancias sagradas.
Voy, aunque parezca increíble, a usar las palabras de alguien que es un ejemplo de desfachatez intelectual, pero que, miren ustedes, viene muy bien al caso, Perez-Reverte: "la revolución está bien, pero no quemen mi coche"
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