martes, 29 de octubre de 2024

 Dejo aquí varias enfoques interesantes para mirar el mudo: 

El ficcionalismo, del que me interesa su explicación de la realidad (incluso la matemática) como un conjunto relatos, construcciones basadas en consensos que no son necesariamente ciertos.

La sociología dramatúrgica que explica las relaciones sociales, la sociedad como un juego de representación teatral en la que adoptamos uno o varios papeles, con su escenario, sus bambalinas, etc.

Intuyo que ambos están unidos pero no tengo mucho tiempo para profundizar en ello. Quizás más adelante.  

martes, 15 de octubre de 2024

Todos Somos Reaccionarios.

 Es facilísimo ser reaccionario en algo. El último programa de La Linterna de Diógenes, un podcast radical más-allá-de la izquierda se apunta al lamarckismo y sigue una idea muy lineal y finalista para atizarle a las redes sociales, a la tecnología en general. Resulta que lo que se hace ahora, que para colmo es un espacio político que parece que hemos perdido, es perjudicial. A ver, seguro que tanto su director como el entrevistado (que es un experto) no están de acuerdo con una afirmación tan burda pero, de verdad, es la sensación que me ha dado.

El avance técnico no es bueno per se y está claro que las fuerzas capitalistas (lo siento pero me falta base teórica para afinar el termino, usaré aquí "fuerza" aunque no me guste) tienen una facilidad increíble para dirigirlo para que sea una herramienta más de control y dominio... pero decir que es físicamente perjudicial así, del tirón, que vamos camino a la situación inicial de la película Wall-e es muy aventurado. 

viernes, 11 de octubre de 2024

Tanto para Esto.

 Empecé a ver la serie sobre El Pingüino, ya sabéis, el villano de los comics de DC, uno de los antagonistas a Batman. Los análisis en clave estético/política de productos pop son tan frecuentes a día de hoy que he llegado a rechazar cualquier tentación por mi parte de darle muchas vueltas a ciertos productos de entretenimiento que introducen ciertas dosis "sofisticación" real o fallida. 

El Pingüino es un producto audiovisual realizado con mimo, medios y ánimo. Buena parte del guion esta bien conseguido, es entretenido, tiene ritmo, tiene gancho. Las interpretaciones están bastante bien, en especial la de Collin Farrell, caracterizado hasta lo irreconocible, como protagonista. Así, como digo, las peripecias de Oz Cobb en su intento de ascenso a la cúpula del crimen organizado, la construcción del personaje, etc hacen esa parte de la serie un producto excelente. Pero luego se introduce un personaje "externo" al universo en el que se desarrolla la acción, la interior del protagonista y le que ocurre en el exterior, en las calles y el mundo del crimen organizado... un recién llegado de alma cándida que el protagonista adopta como pupilo para mostrar, a través de sus ojos, quien es realmente el archienemigo del hombre murciélago. Un recurso trilladísimo, super obvio, repetido ya un montón de veces en películas de ambientación parecida.

Y uno se pregunta: ¿tanto esfuerzo logístico, tanto talento... y bueno, luego caemos en cosas así?

Charlie Kirk