jueves, 30 de noviembre de 2023

Los Buenos Tiempos

Reflexionemos ¿Cuándo ha vivido el ser humano "los buenos tiempos", cuando fueron grandes los países?¿Cuál es esa great america a la que quiere volver Trump? Muchos pensadores actuales nos alertan del peligro de la nostalgia y sus paladines: la nostalgia es siempre reaccionaria. 
No voy a entrar ahora en los paraísos perdidos, esos lugares imaginarios que beben casi siempre de la niñez y la juventud, ni en los múltiples ejemplos de Sócrates de pacotilla tan del siglo XX (sobre esto el libro de Ignacio Shanchez-Cuenca). 

Quisiera pararme un poco en las condiciones que hicieron pensar a las personas que tiempos, normalmente no tan anteriores, eran los buenos. Vamos a fijarnos en la historia, dejando para otro momento factores puramente psicológicos, aunque estos sean absolutamente imprescindibles para entender de lo que hablamos. Demos sólo un pequeño pasito. 

Los buenos tiempos tienen que ver con los periodos de relativa paz, tipo el siglo XIII europeo (el caso francés sería un estupendo ejemplo), la pax romana o pax americana, en la que la masa hegemónica, simplifica, minimiza u olvida las tensiones y problemas internos y los momentos de expansión. Atención a que la expansión siempre se lleva a cabo a costa de otros, así que los buenos tiempos no pueden ser universales.

Tradicionalmente hemos considerado que los momentos de expansión, de crecimiento de las comunidades humanas llegaron con: 1.la colonización de nuevas tierras pobladas anteriormente o no, la apertura de nuevos mercados 2.La unificación de las comunidades para formar una mayor, normalmente de la mano de un líder fuerte, muchas veces militares, que "agranda" el mercado 3. El avance militar, el botín. Estos tres puntos se combinan gustosamente.  

Así pues, tenemos a Amiano Marcelino comparando la historia de Roma con la vida de un ser humano, que en su juventud ganó, gracias a su empuje y su audacia, los bienes y el prestigio que tiene en su madurez pero que peligra en su senectud por la corrupción. O a ese Camelot norteamericano de los cincuenta sesenta, con sus Kennedys y sus autocines, que recuerda su papel de garante tras la victoria de las guerras en suelo extranjero, expandiendo su influencia por todo el mundo pero olvida las terribles tensiones internas que sufría.   

En general podemos decir que para las élites fueron buenos tiempos incuestionablemente. Para las clases bajas fueron tiempos de (casi nunca real, insisto) estabilidad, algo que se relaciona con la bonanza.


Desde el Infierno

 Ha muerto Henry Kissinger a la edad de 100 años. Si hay infierno, allá nos esperará, solo que los crímenes que podamos cometer no se acercarán a los suyos. Esta tarde voy a leer su "El Orden Mundial". 
Leerlo es un ejercicio de resistencia: cuando el lector pasa cada una de sus páginas está moviendo toneladas de hipocresía y cinismo. 






HDFK is El Solitario?







Charlie Kirk