martes, 21 de febrero de 2023

Perros de la Guerra... Demócratas.

 Los ejércitos modernos no son, ni nunca serán parte de los estados democráticos. Todo lo contrario, son otro de los componentes del no extinto tiempo del imperialismo. La naturaleza de los ejércitos impide su democratización: su forma de organizarse rechaza radicalmente el consenso, pues la acción debe ser rápida y decidida, la participación, que genera indecisión o la trasparencia, que da información al enemigo y puede crear remordimientos en los votantes, y rechaza límites morales a toda escala. Lo mismo juzgará por desertores a aquellos que se nieguen a salir se su trinchera y correr hacia una muerte segura que arrasará sin oposición Dresde con toneladas de bombas incendiarias con la guerra prácticamente ganada o lanzará bombas atómicas contra civiles. Quizás los parlamentarios discutan en sus capitales, pero en los cuarteles no existe eso que llaman democracia.

En el mejor de los casos, siempre en tiempos de relativa paz, los ejércitos viven en la democracia y participan de su burocracia (a los ejércitos les encantan los papeles, los archivos militares son una fuente típica de noticias para los historiadores, hasta el punto de que, que hasta hace poco, la historia era una relación de batallas) pero no participan en ella, ni se atienen a sus reglas. ¡Ay, si la política contraría a los generales ociosos y soberbios!

Las democracias, siempre incompletas en su desarrollo, cuando no fallidas o peor, falsas e hipócritas, los tienen como recurso fuera de estas y simulan usarlos de forma excepcional en momentos extremos pero ¿alguien realmente cree que organizaciones tan especializadas, con tantos recursos a su disposición permanecería aletargada indefinidamente, a la espera de un conflicto defensivo, puro y justo?¿alguien puede pensar que sus proveedores no buscarían y crearían oportunidades para poner en marcha una maquinaria tan costosa? 

El Ejercito de los EEUU es el mayor empleador del mundo, el segundo, el Chino. El cuarto, las fuerzas armadas rusas. En Estados Unidos hay casi veinte ¡veinte! millones de veteranos. Es imposible que con esos números se barajen seriamente opciones que no incluyan la movilización. No hablemos atajar los conflictos con antelación, a nivel político. Ni pensarlo, "es utópico".

Es utópico porque vivimos inmersos en un capitalismo/falso capitalismo* que niega la posibilidad de la existencia y organización fuera de la competencia. Ahoga otras formas de organización, cuando no las ordena asesinar. Exige una falsa competencia, impone unas normas del juego laxas e irreales, que incumple constantemente, y, cuando llega un conflicto de verdad, amenaza con terminar en desastre. 

Cuando máquinas tan grandes se mueven, cargadas de un combustible que es una mezcla inconsciencia, ineptitud o corrupción, las consecuencias son terribles.

Josep Borrell el siniestro "Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad" que no ha sido votado por nadie usa un lenguaje belicista, y parece a sus 75 años, estar deseando el conflicto directo. Propongo a sus hijos, uno piloto y otro en la ONU y a sus nietos, como voluntarios en Ucrania, cuanto antes mejor. 


*esa sería una forma de hablar a un capitalista idealista. En el ADN del capitalismo están todos los vicios. No es que el ser humano haya corrompido un sistema económico ideal, el sistema adolece de todo ello.

Charlie Kirk